He intentado explicar ya el porqué de mi oposición a que Madrid albergue los Juegos Olímpicos de 2016, y lo he hecho desde argumentos racionales: la capital de España es un lugar con infinitas carencias para practicar deporte de base -instalaciones arcaicas, inexistencia de carril-bici en el centro urbano- mientras que sólo se invierte en deporte de élite. Los Juegos no serían más que otro escalón especulativo en este sentido. Pero, más allá de la lógica, hay otra cuestión en la que quizá no habéis reparado: si Madrid es Olímpica, vamos a tener a Gallardón hasta en la sopa, ya que recibiría un espaldarazo definitivo en su carrera política… ¿Os gustaría tener al alcade como presidente del Gobierno?
Quien diga que sí alegremente es que a)le gusta el populismo b)no vive en Madrid. No hay más que fijarse en cómo está la ciudad para imaginarse lo que podría suponer eso para España. La capital es el municipio más endeudado del país, gracias al faraónico proyecto de soterrar la M-30. Lleva en obras desde tiempos inmemoriales. ¿Y en qué ha cambiado eso nuestra vida? Sigue habiendo atascos todos los días. No hay ni un sólo kilómetro más de carril-bici en el centro (salvo fuera de la M-30, claro). No hay más instalaciones deportivas. No hay más calles peatonalizadas. La gente, en suma, no vive mejor. Los bancos, gracias a nosotros sí.
El problema, claro está, es ese «pico de oro». Cuando véis por la tele a nuestro alcalde dice palabras bonitas y rimbombantes con las que consigue convencer -aunque sea por unos instantes- de la bondad de todas sus acciones. «La M-30 es una apuesta por favorecer la integración de los distritos más pobres», dice él, y tú vas y te piensas que sí, que invertir 5.000 millones de euros en hacer un agujero para meter una calle sirve para que los pobres vivan mejor. Y luego van y te dicen que es el más de izquierdas del PP, y también te lo crees. Aunque haya dicho cosas como que «la Guardia Civil es lo mejor de nuestra sociedad».
Pensad entonces en este escenario: Rajoy vuelve a perder otras elecciones -las terceras- y Gallardón, henchido del cariño del populacho tras haber logrado traer a Madrid los Juegos, se postula como única salvación posible de la derecha. Y claro, le gana al socialista de turno. ¡Oh, sí, pleasure! Podríamos escuchar cosas como «el despido gratis es bueno para los trabajadores». Podríamos invertir miles de millones en hacer agujeros por toda España. ¡Gracias, Madrid 2016!
He intentado explicar ya el porqué de mi oposición a que Madrid albergue los Juegos Olímpicos de 2016, y lo he hecho desde argumentos racionales: la capital de España es un lugar con infinitas carencias para practicar deporte de base -instalaciones arcaicas, inexistencia de carril-bici en el centro urbano- mientras que sólo se invierte en deporte de élite. Los Juegos no serían más que otro escalón especulativo en este sentido. Pero, más allá de la lógica, hay otra cuestión en la que quizá no habéis reparado: si Madrid es Olímpica, vamos a tener a Gallardón hasta en la sopa, ya que recibiría un espaldarazo definitivo en su carrera política… ¿Os gustaría tener al alcade como presidente del Gobierno? Sigue leyendo →
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