Ignacio Cembrero en la presentación de ‘La España de Alá’
El periodista Ignacio Cembrero acaba de publicar ‘La España de Alá‘ (La Esfera de los libros), un libro analiza la situación de los cerca de dos millones de musulmanes que viven en España. La obra, plagada de datos, informes y entrevistas, ofrece una imagen bastante completa de la situación de este colectivo, si bien la portada es alarmista y provocadora . El autor, en cambio, apuesta por conclusiones como que «los inmigrantes musulmanes son imprescindibles para pagar nuestras pensiones» y que «hace falta un islam europeo abierto y tolerante». Sigue leyendo →
Touré Mocta, de Camerún, tiene 25 años y una mirada profunda. Espera para cruzar la valla de Melilla en un bosque cercano a Nador, a unos 12 kilómetros de la ciudad autónoma. Su compatriota Nleha Ramses, de 22 años, aguarda más cerca de la frontera, en el monte Gurugú, desde el que se divisa la ciudad española. Confía en «la ayuda de Dios» para alcanzar la tierra prometida. Ambos cuentan que la policía de Marruecos les persigue y, cuando los alcanzan, les pegan con palos y les golpean en las articulaciones y en la cabeza. Su historia la comparten también otros inmigrantes de Senegal, de Malí, de Costa de Marfil y Congo, y la corroboran asociaciones como Prodein o Médicos Sin Fronteras. Ellos son los rostros tras las noticias sobre los saltos a la alambrada. Su desesperación y su dignidad no cabe en los titulares.
Esta semana he estado en Melilla siguiendo un curso para informar mejor sobre las migraciones. Nuestra llegada coincidió con tres saltos a la alambrada, dos de ellos a plena luz del día. Después,aprovechamos para cruzar la frontera con Marruecos y hablar con inmigrantes subsaharianos que malviven al otro lado de la valla, en el monte Gurugú y los alrededores de Nador, a unos 12 kilómetros del paso de Beni Enzar. Lo mejor del viaje, además del acceso de primera mano a las fuentes, fue conocer a periodistas tan grandes e íntegros como Sergio y Elena, entre otros muchos, además de comparar nuestra visión Eurocentrista con profesionales de Marruecos, Argelia, Mali y Senegal. Estuve hablando con inmigrantes como Toure Mocta, de Camerún, que ha saltado cuatro veces la alambrada, y con Fathi, un argelino que lleva más de tres años en el Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes de la ciudad autónoma. Os lo iré contando en los próximos días. Por ahora, os dejo con este vídeo de la frontera al día siguiente del salto.
Pese a que la situación en Siria no deja de empeorar debido a la represión del Gobierno de Bachar El Asad, la comunidad internacional no parece concienciada. Tal vez la primavera árabe que nos maravilló con en Túnezo Egipto no llama tanto nuestra atención tras la aventura de la OTAN en Libia. En cualquier caso, algunos españoles -de origen sirio o no- tratan de protestar por las atrocidades cometidas por el régimen sirio, bien frente a la Embajada de este país, bien certa del Ministerio de Exteriores español. Lamentablemente, en muchas ocasiones no suelen reunir más que a unas decenas de personas.
Este es el curioso aspecto que presentaba este jueves el Metro de Chueca: cientos de peregrinos participantes en la Jornada Mundial de la Juventud (católica) se agolpaban en pleno corazón del barrio gay de Madrid. La escena, además, estuvo trufada por esta imagen, ejemplo de caridad cristiana: los jóvenes se dirigen al Metro mientras, en el suelo, un indigente pasa desapercibido.
…o porque la empresa prevea pérdidas, y te paguen la mitad de lo que te corresponde con un fondo público que además has pagado tú, y luego traten de convencerte de que la crisis «la pagamos entre todos», cuando te des cuenta de que en este sistema los beneficios son privados pero las pérdidas son públicas (recuerda las ayudas a los bancos y grandes empresas), cuando no haya sindicato que te defienda porque te has creído las críticas de los medios de derechas y te las tengas que ver tu solo con tu jefe… ¿qué dirás que hiciste para evitarlo? Yo hice huelga ayer y ahora me voy a la mani por la huelga general.
Quinta jornada de huelga en Francia contra la reforma de las pensiones, leo en El País. Nuestros vecinos protestan por elevar la edad de jubilación ¡a 62 años! Aquí la van a poner a 67, y todos contentos. Allí, cada vez que se quejan, paralizan el país. Pues eso. (Supongo que la culpa también será de los sindicatos, claro).
… la culpa de todo la tienen los políticos, los empresarios, los sindicatos, la generación de mis padres, Emilio Botín y Gerardo Díaz Ferrán. Esto es lo que oigo todos los días, y es verdad. Pero también es cierto que es la primera vez que recortan salvajemente los derechos de los trabajadores mientras nosotros, mi generación, estamos en edad de trabajar. ¿Cómo vamos a responder? ¿Sabemos pelear por nuestros derechos? ¿Por qué nos quejamos tantos de los sindicatos si ninguno estamos afiliados? ¿Os habéis parado a pensar qué opinión se va a tener de nosotros si la respuesta es nula? Aunque estemos todos (Pre)parados…