Archivo de la categoría: Cuentos

Aceptó el trabajo como guardia solo por verla pasar dos veces al día

Aceptó el trabajo como guardia de seguridad solo por verla pasar por las televisiones dos veces al día. Ella, mientras, soñaba con que alguien le enseñara el cuarto de las cámaras, dirigirlas, meterse dentro. Como nunca hablaron, no pudieron saber que la ilusión de ambos era traspasar las pantallas. #cuentos
segurata

Más cuentos en Instagram

Deja un comentario

Archivado bajo Cuentos

Constrúyeme el palacio más bello

– Constrúyeme el palacio mas bello del mundo y me quedaré contigo para siempre.
Así que estuvo 10 anos sin verla mientras edificaba, piedra a piedra, la fortaleza. El día que la terminó, ella se puso muy contenta. No podía imaginar que el palacio ya venía con una princesa. #cuentos
palacio

Deja un comentario

Archivado bajo Cuentos

Júrame que nunca mirarás a otra

– Júrame que nunca mirarás a otra
– Lo juro
– No es suficiente
– Por ti me arrancaría los ojos
– Y yo por ti
Y se vaciaron las cuencas el uno al otro. Desde aquel día supieron que ya no podrían dar paseos sin ir de la mano #cuentos
ciegos

Más cuentos en Instagram

Deja un comentario

Archivado bajo Cuentos

Dime que estarás conmigo cuando llegue el fin del mundo

– Dime que estarás conmigo cuando llegue el fin del mundo
– Claro, le respondió. Nunca me iré de tu lado.
Y se abrazaron tan fuerte que no escucharon el ruido de los primeros zombis derribando la puerta #cuentos

Podéis leer más cuentos como este en mi Instagram
fin del mundo

Deja un comentario

Archivado bajo Cuentos

Urgencias

Llevo bastantes días desaparecido de la Red porque hace más de una semana me quitaron las amígdalas y me tocaron la garganta. He estado más que jodido desde entonces. Sin poder tragar, sin poder comer, durmiendo poco. Pasé dos veces por Urgencias: una, porque me dolía salvajemente -es lo normal, dijeron-; otra, porque empecé a sangrar. Sigue leyendo

6 comentarios

Archivado bajo Cuentos, Hablando de Míguel

Amor verdadero

Él la veía pasar a diario. Tan rubia, tan guapa. Cuando sus ojos azules lo miraban, pensaba realmente que no había nada más bonito. Era preciosa, no cabía duda. Él la esperaba todos los días en el mismo banco, leyendo el periódico para disimular. Sobre las nueve menos cinco de la mañana, casi como un reloj, se sentaba en el lugar por el que ella, unos minutos después, andaría distraída. Estaba seguro, ella ni siquiera sabía de su existencia.

Sigue leyendo

1 comentario

Archivado bajo Cuentos