»Como tantas veces ocurre en las economías de libre mercado durante las épocas de prosperidad, al estancarse los salarios, los beneficios aumentaron de manera desproporcionada, y el sector acomodado de la población fue el más favorecido. Pero al no existir un equilibrio entre la demanda y la productividad del sistema industrial […] el resultado fue la sobreproducción y la especulación. A su vez, éstas desencadenaron el colapso […]»
» Cuando se produjo el hundimiento, este fue, lógicamente, mucho más espectacular en Estados Unidos, donde se había intentado reforzar la demanda mediante una gran expsansión del crédito a los consumidores […] Los bancos, afectados ya por la euforia inmobiliaria especulativa que, con la contribución habitual de los optimistas ilusos y de la legión de negociantes sin escrúpulos, había alcanzado su cenit algunos años antes […] y, abrumados por deudas incobrables, se negaron a conceder nuevos créditos y a refinanciar los existentes».
Mucho se ha hablado de lo que se parecen esta crisis que ahora estamos sufriendo y otras anteriores, principalmente la caída de Wall Street en 1929. Por eso me ha resultado más que curioso encontrarme con este texto. ¿Sabéis a qué se refiere? Podría ser, perfectamente, un análisis sosegado de lo que nos ha llevado a la mala coyuntura económica actual; se trata, sin embargo, de una explicación del Crack del 29 hecha por el maestro Eric Hobsbawm en su «Historia del siglo XX», que me estoy leyendo en estos momentos.
Quebrarán bancos, las inmobiliarias se irán al garete, pero tranquilos, ese bendito capitalismo volverá triunfante tras esta nueva crisis para convencernos, frente a quienes piensan -malvados- que lo que está mal es el sistema, de que tenemos que bajar nuestros salarios. Y, si se tercia, regalar dinero a los bancos, reducir la ayuda al desarrollo, perder derechos, pero siempre mantener el sacrosanto libre mercado que nos guía. In dollar we trust. Ya se ocuparán nuestros nietos de hacer historia con nuestras facturas, de demostrar que la historia se repite pero siempre pierden los mismo.