»Como tantas veces ocurre en las economías de libre mercado durante las épocas de prosperidad, al estancarse los salarios, los beneficios aumentaron de manera desproporcionada, y el sector acomodado de la población fue el más favorecido. Pero al no existir un equilibrio entre la demanda y la productividad del sistema industrial […] el resultado fue la sobreproducción y la especulación. A su vez, éstas desencadenaron el colapso […]»