15.52 – 09/09/2011
El Dahab hostel parece muy agradable. La habitación es más cutre que la anterior, sin aire acondicionado, pero tiene un ventilador en la pared que parece que me va a hacer el apaño. A diferencia del anterior, aquí sí que hay gente. Espero conocer a alguien, si se tercia. Hemos estado andorreando arriba y abajo de la plaza de Tahrir, bajo un sol abrasador. Acabo de volver al hostel, Miriam y Manu se han ido a descansar a casa. Ya parecemos amigos de hace tiempo. Se supone que me llamarán otra vez esta noche. Antes del follón, me ha llamado Lola. Es la primera llamada que recibo de Egipto. Me he hecho con un móvil egipcio (la tarjeta, con saldo, valía poco más de un euro) y no voy a poner la del móvil español.
Por otro lado, estoy tratando de desenchufarme de Internet. Éxito relativo: el primer día, estuve dos horas en el ordenador del hostel. Ayer, una hora en un cibercafé. Mi plan es no ir a ninguno hoy. Miriam me ha dejado mandar un par de tuits desde su teléfono. El de esta mañana ha tenido bastante eco.
12.09 – 10/09/2011
En Midan Opera, tratando de alejarme un poco del centro y adentrarme en El Cairo islámico. No he desayunado. He pasado un buen rato buscando una oficina de cambio. La libra ha subido mucho (creo que estaba a 8.20 libras por euro), el dinero me va a cundir menos. Pienso si el curso de árabe merecerá la pena, pero no veo otra manera de llenar los días. Creo que necesito a la gente más de lo que suponía, porque la perspectiva de no hablar con nadie conocido durante todo un día me agobia.
El hostel en el que estoy ha mitigado un poco esa sensación: hay gente todo el rato y, aunque la mayoría miran sus ordenadores todo el tiempo, se pueden comentar cosas del día. Hay un tipo que parece norteamericano y habla muy rápido y tiene opiniones muy vehementes sobre política, un londinense bastante simpático, una italiana y varios de nacionalidades indeterminadas.