Así es, amigos, ahora, de repente, el fútbol lo inunda todo: muertos nuestros fantasmas de Italia, de los penaltis y, sobre todo, de cuartos, nos comimos con patatas a Rusia y ahora toca Alemania en la final. Mi teoría parece que se está cumpliendo: el partido difícil era el de Italia, los otros dos van a ser más sencillos, al igual que pasó con el Oro de Japón en baloncesto, donde hubo un partido chungo y todos los demás tirados. Con este partido, se acaba un pedazo de periodo de gestiones, que me ha hecho traer a grandes ex futbolistas y entrenadores. Ahora, además, cojo unas merecidas vacaciones, para irme a Cuba el martes. ¡Qué ganas!