La búsqueda de piso ha sido fructífera. Parece que, a partir de enero, viviré cerca de Plaza de España -en Ventura Rodríguez-, con Marín y Marcos. Me apetece mucho salir de mi casa actual, mudarme, cambiar el chip. Sé que vivir con gente no es la panacea, pero necesito un cambio ya, un salón con amigos en el que poder ver la tele y hablar de las tonterías del día. Quizá para aprender a estar solo tengo primero que volver a echar de más a las personas. Ahora sólo echo de menos.
Un frente menos. Eso me relaja. Lo cierto es que el final del año no está siendo lo que se dice muy divertido, pero tengo la sensación de que el próximo puede ser mejor. Empiezo a verlo, pero todavía muy despacio, lentamente. Despacio, despacio, despacio…..