El pasado fin de semana estuve en Cádiz para romper otra maldición que me perseguía: aquella que me impedía ir al carnaval más famoso de España. Al final, me empapé de disfraces y, sobre todo, de chirigotas, en especial de las que se ofrecían en cada esquina de los barrios antiguos -las ilegales. Eran más o menos así…
De chirigotas por Cádiz
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