«Cada vez me suministran drogas mas fuertes que intentan borrarme la memoria, estais siendo testigos de un genocidio consentido por todos, hay más gente en mi caso, os hago culpables a la sociedad que se os esta diciendo lo que hay y nadie hace nada, tienen total libertad para hacer lo que quieran conmigo, como nadie los detendrá, acabarán haciéndome un daño irreversible»…
Uno de esos correos anónimos (y turbios) que suelen llegar de vez en cuando. Lo más bonito que he recibido desde aquellas rusas que se querían casar conmigo.
Uno de esos correos anónimos (y turbios) que suelen llegar de vez en cuando. Lo más bonito que he recibido desde aquellas rusas que se querían casar conmigo.