A veces me canso de ser tan transparente. Hay días en que no me gusta que las miradas de los demás me atraviesen, como el vidrio, y sepan hasta el más profundo de mis pensamiento y el más lejano de mis vicios. Algunas mañanas, me levanto deseando que mi frente deje de ser ese escaparate en el que se exponen todos mis pecados, en el que mi cabeza se pega post-it para que todos los demás los lean mañana. En ocasiones, no quiero que las palabras se me escapen entre los dedos, como gotas de lluvia sucia, y chorreen por encima de cada ser, y vayan más lejos de lo que les pido. Otras, me importa quién escarba bajo mi corazón de ceniza, desenterrando estanterías escarchadas y lágrimas de metal, y me preocupo por cómo entenderá mis monstruos. Pero, al final, me pierdo en la sensación de ser tan frágil que no soy capaz de aguantar la ráfaga de viento que viene de tus pestañas.
* Noticia en ELPAIS.com: Ken, ¿por qué has escrito este libro?
Locodelpelorojo 
muy profundo, miguel, son cosas q nos pasan a todos. ya tu sabes, bueno, no te quiero volver a oir que si no te ponemos comentarios.
por cierto hoy hay cañas tardoveraniegas.
Me alegro que tengas mi misma filosoffia Miguel,ir sin mascara por la vida y ser trasparente para la gente. Quizas muchas personas de jovenes piensen asi, pero cuando pasa el tiempo cambian y son totalmente impenetrables y vacias.Somos pocas las personas que despues de 50 años de vida seguimos siendo transparentes.Los palos por serlo han sido muchos, pero reniego de ir por la vida con la falsedad por delante para que no me conozcan y asi que no puedan hacerme daño. La vida es de los valientes,y en mi opinion no hay mayor valentia que ir desnudos por el mundo mostrandonos como somos,con nuestras virtudes y nuestros defectos.